miércoles, 14 de septiembre de 2011

LA IMPORTANCIA DE CONOCER AL CONSUMIDOR

El día de hoy, Marín Diez, director de Mercadiez, nos presenta los métodos para conocer e impactar al consumidor utilizando el neuromarketing, método de análisis e interpretación del cerebro por medio de la psicología freudiana y transpersonal trabajando con estímulos.
Lo primero que salta a la vista en este tipo de situaciones, es la brecha que hay entre el producto y cliente, y las necesidades -siempre cambiantes- del consumidor, esta es la finalidad de estos estudios, que muestran qué quiere y cómo lo quiere la población, para esto podemos decir que la población hace su decisión basada en dos aspectos subconscientes del hombre, el simbólico personal y el simbólico antropológico. Un ejemplo del primero, son las muñecas; primero, una niña quiere una bebé, psicológicamente necesita ser madre, luego una Barbie para sentirse bonita, esto estuvo vigente cincuenta años hasta su decadencia que se contrarrestó con la llegada de la Barbie doctora, cocinera, etc. para que la niña pertenezca a la sociedad “adulta”; así, hay que adaptar los productos a las necesidades.
El segundo, puede ser el oro, pues no es el metal más escaso ni el más resistente ni el  más brillante, pero, ha sido un metal precioso para casi todas las culturas antiguas, relacionándolo con el sol, la fertilidad, el status y la riqueza entre otros atributos, por eso nosotros lo entendemos como algo muy valioso, porque así esta entendido en nuestra psique. Para que el consumidor compre nuestros productos hay que convencerlo desde estas dos partes que llegan hasta el fondo de la persona haciendo que tome las decisiones desde un “instinto animal” como lo llamaría Freud.
En América Latina, existen catorce tipos de consumidores con diferentes gustos que hay que ir saciando. Hoy se tiene la idea errónea de que las empresas crean necesidades, en realidad, se descubren y se les da una respuesta, aquí surge otro problema, cómo le dices al público que tienes la respuesta a sus problemas. Para esto está la siguiente parte del neuromarketing que es hacer llegar el producto al consumidor final; para que éste conozca tu marca, hay que institucionalizarla, “hacer una empresa de procesos y no de personas”, en palabras de Vincent Speranza e irte dando a conocer de la manera más adecuada para tu producto, por ejemplo Soyamigo, para difundir el sabor de sus productos de soya, no se anuncian en televisión, dan a probar su producto para que los compradores se familiaricen con el sabor de la soya.
Como último consejo, –tal vez de los más importantes– es acoplar la empresa a la sociedad que se quiera impactar, no al revés.


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Patricio Suárez