lunes, 8 de noviembre de 2010

Impulsemos las patentes mexicanas

Por: Dr. José Alfredo Miranda López
Rector de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP)
“La Innovación se encuentra en gran atraso, no avanza su desarrollo por lo que ha dejado de ser un tema importante para la sociedad mexicana".
Según un estudio presentado el año pasado por el Instituto de Competitividad de la Universidad de Harvard , En México el tema de la innovación, mantiene las calificaciones más bajas en comparación con factores como la exportación, la inversión extranjera, la inversión doméstica y la inversión regional. Cabe señalar que la tasa de crecimiento en innovación trae una tendencia negativa de menos 10% en el registro de patentes. Nos encontramos por debajo de Brasil, Tailandia, Rumania, Bulgaria, China e India. Generamos menos de una patente por cada millón de habitantes. Menos patentes que Portugal, Chile, Argentina, Croacia, Hungría, República Checa y por si fuera poco una sola universidad en Asia genera más patentes que todas las universidades mexicanas juntas. Es por eso que si nos queremos insertar en serio y con una posición de liderazgo en la economía del Siglo XXI (la economía del conocimiento), diseñar una estrategia que tenga varios componentes, uno de los clave es precisamente construir una estructura propicia para la innovación. Para hacerlo, las mejores prácticas mundiales dictan varias recomendaciones, tales como: 
  1. Redes de colaboración basadas en la confianza entre las 4 hélices: empresa, universidad, gobierno y sociedad civil. Aquí está la clave de cómo conectarnos para realmente incidir. La vinculación entre las 4 hélices es sustento de la innovación
  2. Incrementar la inversión en ciencia y tecnología pero con resultados objetivos, medibles y vinculados a la empresa. Más investigación y desarrollo aplicados. 
  3. Crear centros y parques tecnológicos. 
  4. Fortalecer las incubadoras y aceleradoras de empresas. 
  5. Combinación de las dos anteriores con ángeles inversores, capital semilla, capital de riesgo y/o crédito complementario. 
  6. Respeto por la propiedad intelectual - acabar con la piratería. 
  7. Asumir el arte y la ciencia de equivocarse, se puede uno equivocar, lo que no se vale es no aprender. 
  8. Desmitificar la innovación. No toda la innovación tiene que ver sólo con tecnología. La innovación radica también en los procesos. Cierto es que las nuevas tecnologías impactan los procesos de innovación, pero todos podemos innovar porque no todo lo nuevo tiene que ver con chips y cibernética. 
  9. Poner atención a lo que demandan y demandarán los clientes. Oportunidades de crecimiento: ¿Qué demanda el mercado? ¿Qué quieren los clientes? ¿Qué demandan las nuevas generaciones de las organizaciones? ¿Cómo atraer y retener talento? El mercado y los clientes son una fuente de inspiración. Identifican patrones, no tendencias. Esforzarse por ver más allá de lo evidente. 
  10. Liderazgos sólidos, abiertos al cambio y congruentes. 
En conclusión, las universidades tienen un enorme trabajo que hacer con respecto al tema de Innovación a través de la creación de ambientes propicios internamente, estimulando la investigación, el desarrollo aplicado y el acercamiento a la empresa. Las empresas por su parte tienen que creer en las IES y decidirse a lanzar proyectos como lo que el CONACYT y la SE apoya pensando en primera instancia en los clientes. Es mucho más sencillo hacer un efecto pull desde el mercado, que un efecto push desde las universidades.